La obra de Iván siempre tiene un nivel de ejecución impecable no importa la técnica o el soporte toda su obra es un deleite visual, cada corte o trazo es magistral y adecuado, no hay sobrantes, capa a capa uno recorre la obra y solo encuentra aciertos, su imaginario transita entre la moda, la historia del arte, la mitología clásica, el ornamento y la metáfora.
A primer vista puede lucir como una ilustración pero es mucho más que eso, son ventanas a imaginarios complejos y por demás diversos que reflexionan sobre la vida, en su obra existe un vínculo cercano con la muerte, entre alegorías y formas crea puente entre lo antiguo y lo contemporáneo.
El dibujo no es solo trazo, es intención y forma, siempre en busca de la impronta, en eterna batalla entre el blanco y el negro, el color es apenas una acentuación sutil y premeditada. El papel es el inicio y fin de la obra, deja de ser solo un contenedor para ser el objeto en si mismo.